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  • Foto del escritorREDACCIÓN ENTÉRATE POP

Un pequeño empujón para la Reforma Fiscal

ENTÉRATE POP/OPINIÓN.- Mi primer contacto con la economía fue a través del afamado economista Gregory Mankiw y su libro "Introducción a la Economía". En él, Mankiw expone los famosos 10 principios de la economía. Los primeros cuatro tratan de resumir y explicar cómo toman decisiones los individuos.


Recuerdo claramente uno que llamó poderosamente mi atención: "Las personas responden a los incentivos". Esta frase me impactó profundamente, llevándome a explorar más sobre la teoría de los incentivos y lo que hoy se conoce como economía del comportamiento, un área que aún se encuentra en desarrollo desde el punto de vista curricular.


Richard Thaler, economista premio Nobel, es uno de los principales propulsores de esta combinación entre economía y psicología. Su trabajo nos ayuda a entender cómo las personas realmente toman decisiones económicas en la práctica, muchas veces de manera irracional, y cómo los incentivos pueden diseñarse para influir positivamente en estas decisiones.


Una idea central en la economía del comportamiento es la teoría del empujón, que se enfoca en cómo diseñar intervenciones que influyan en las decisiones de las personas de manera positiva y sin coacción. En otras palabras, es una manera de guiar las decisiones de las personas hacia resultados deseables mientras se mantienen libres de elegir.


Hoy, cuando estamos frente a la encrucijada de la reforma fiscal en la República Dominicana, con una tasa de informalidad de las MIPYMES que alcanza el 86.4%, está claro que necesitamos un cambio. La economía del comportamiento, con su enfoque en los empujones y el diseño inteligente de incentivos, ofrece una hoja de ruta prometedora para ayudarnos a cumplir con los objetivos de una verdadera reforma fiscal: aumentar la recaudación, asegurar la justicia tributaria, mejorar el gasto público y potenciar el crecimiento económico.


Una de las propuestas más atractivas desde la economía del comportamiento es la implementada por la UASD y su Facultad de Ciencias Sociales y Económicas: el monotributo.


Pero, ¿qué es el monotributo?


Teóricamente es un régimen simplificado de tributación dirigido a pequeños contribuyentes, diseñado para facilitar el cumplimiento de sus obligaciones fiscales y reducir la carga administrativa. Este sistema está pensado para emprendedores, trabajadores independientes y pequeños comercios con ingresos bajos que no pueden o no necesitan cumplir con las mismas obligaciones fiscales que las grandes empresas. Paises como Argentina, Brasil y Uruguay fueron pioneros en la implementación del monotributo en América Latina.


En estos países, el monotributo ha ayudado a reducir la complejidad y el costo del cumplimiento tributario. Ha logrado su objetivo principal de incentivar la formalización de la economía y mejorar la recaudación fiscal sin imponer cargas excesivas a los pequeños contribuyentes.


Otro reto que podemos enfrentar con esta herramienta es la evasión fiscal. La implementación de sistemas simplificados como el monotributo en Argentina y Brasil ha demostrado una reducción significativa en la evasión fiscal. En Argentina, la evasión se redujo en aproximadamente un 20% durante los primeros años de implementación. De manera similar, en Brasil, se observó una disminución en la evasión fiscal del sector informal gracias a la adopción del Simples Nacional, un régimen tributario unificado para micro y pequeñas empresas.


Pensemos en el monotributo como ese pequeño empujón. En lugar de forzar a las pequeñas empresas a cumplir con complicadas regulaciones fiscales, simplifiquemos el proceso. Argentina, Brasil y Uruguay ya han demostrado que esto puede funcionar. Han reducido la evasión fiscal y han incentivado la formalización, todo sin ahogar a los pequeños contribuyentes con cargas administrativas.


¿Y qué es lo mejor de todo esto? Que no se trata solo de números y gráficos. Se trata de entender cómo realmente funcionan las mentes de las personas. Se trata de hacer que el sistema sea tan sencillo y beneficioso que cumplir con las obligaciones fiscales sea casi una obviedad.


Al final del día, si queremos una verdadera reforma fiscal, necesitamos ir más allá de las teorías y modelos tradicionales importados. Necesitamos diseñar un sistema que funcione para las personas reales, con comportamientos reales, que funcione para los dominicanos. Pues al final, quizás solo necesitamos de un pequeño empujón.


Por Vicente Luis de Peña Peralta, Ecn., M.Sc., M.A.

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